Visita a la Rectoral de Gundivós, alfarería ancestral en Ribeira Sacra

El mundo rural y la tradición se dan la mano en la Rectoral de Gundivós 🤝. Un lugar en el que alucinarás con el saber hacer que se ha ido trasmitiendo de generación en generación y que tiene su máximo esplendor en Elías González 👨‍🦰, un alfarero que trabaja el barro de una forma única en Galicia y posiblemente en toda la península ibérica 😮.

Visitar la Rectoral de Gundivós es toda una experiencia 🔝. El edificio en sí ya te va a hacer alucinar en colorines y cuando veas a Elías girar el torno te vas a quedar con la boquita bien abierta un buen rato. Así que prepárate para conocer una de las cerámicas más antiguas de Europa, recorrer la historia de Gundivós, ver cómo se trabaja el barro negro y hasta catar un vino único 🍷. ¿Se puede pedir más? Pues venga, que le damos un plus: todo ello aderezado con la belleza de la Ribeira Sacra 🤩.

Dónde está la Rectoral de Gundivós

La Rectoral de Gundivós está en Gundivós 📍. Fácil, ¿verdad? Lo que igual no tienes muy claro es dónde está Gundivós jeje. Pues es una aldea gallega muy cuqui, de esas de la España Vaciada que tanto nos gusta descubrir y que, además, está en la Ribeira Sacra 🏞️, una zona de Galicia que ya sabes que llevamos muy adentro en nuestros pequeños corazoncitos 🥰.

Gundivós pertenece al municipio de Sober y está muy cerquita de Monforte de Lemos, a tan solo 15 minutos ⌚. Así que es un plan de lo más chulo si andas por la capital de la Ribeira Sacra 👌.

Historia de la Rectoral de Gundivós

Rectoral de Gundivós es un proyecto alfarero que nace de la apuesta de un joven por conservar las tradiciones del lugar que lo vio nacer. Y es que la artesanía de Gundivós tiene muchísima historia a sus espaldas, es tan antigua como lo son los vinos de la Ribeira Sacra 😲.

Desde tiempo de los romanos se cocía aquí el barro y se hacía con una técnica única que vas poder descubrir durante tu visita a la Rectoral de Gundivós 👀. En esta aldea llegaron a trabajar hasta 30 alfareros a la vez, pero el cristal y el plástico desplazaron a estos recipientes y poco a poco fue bajando el número de oleiros de la aldea y solo quedó uno. Por si no lo sabías, oleiros es como se llama a los alfareros en gallego jeje 🤓.

Afortunadamente en los años 70 los alfareros que emigraron en busca de una vida mejor volvieron a la aldea y recuperaron la tradición, tal y como se había hecho desde siempre, con los mismos materiales y los mismos adornos de siempre ⚱️. Así que hoy podemos disfrutar de este arte gracias a Federico Díaz, Xosé Ventura, Obdulia Lula, Alonso Díaz y Agapito González.

Pero estos alfareros eran mayores y el relevo generacional no llegaba, hasta que un día, un joven de la aldea cuyo bisabuelo ya había sido alfarero, decidió que pasaba de los estudios que había hecho y que quería aprender el oficio y se metió en el taller de uno de ellos: Agapito. ¡Y vaya si lo aprendió! No solo eso, se ha convertido en único heredero de un arte ancestral que practica desde hace más de 20 años.

Una vez consiguió hacerse con el torno y fusionarse con él como si fueran uno para crear estas piezas únicas, decidió ir más allá y comprar un edificio con mucha historia: la Rectoral de Gundivós, que era la casa del cura 🏡. Cuando se enteró de que el obispado de Lugo la había puesto en venta no lo dudó, lio a sus padres y lo que a priori podía parecer una locura se ha convertido en una de las joyas de la Ribeira Sacra. Porque la Rectoral de Gundivós es uno de esos sitios que tienes que conocer sí o sí cuando vengas por esta zona de Galicia. Es una experiencia única que difícilmente vas a poder vivir en otro lugar 😜.

Visita guiada a la Rectoral de Gundivós, un museo vivo

Lo primero que te va a sorprender cuando llegues a la Rectoral de Gundivós es el propio edificio. Ya te hemos dicho que era la antigua casa del cura. Tiene unos cuantos siglos a sus espaldas. Aquí donde la ves, se construyó en el siglo XVIII 🏗️.

La siguiente sorpresa llega cuando pasas al patio y ves delante de ti esta impresionante parra suspendida en el aire sobre el suelo empedrado 🍇.

La visita a la Rectoral de Gundivós continúa por el interior de la casa. En la primera sala del museo vas a descubrir un montón de piezas de cerámica antiguas 🏺. Diferentes cacharros para cocinar, recipientes que se usaban en la matanza y también sabrás qué es una ámboa o por qué algunas piezas tienen un color azulito 👀. Presta atención porque algunas de estas piezas cuentan con más de un siglo de vida y es de lo más interesante conocer su origen. ¡Nosotros alucinamos con el sacaleches! 😮 Sí, sí, durante tu visita también verás un sacaleches de cerámica.

También nos quedamos a cuadritos cuando Elías nos enseñó el palomar de cerámica 🕊️. Se usaban allá por 1765 para meter a las palomas mensajeras y que nadie más tuviera acceso a sus mensajitos 📜. Los ponían en un lugar al que no pudiera acceder cualquiera. Por ejemplo, la ventana de la habitación del cura, jeje.

Otra cosa curiosa es que los tabiques de la casa siguen siendo de paja y barro, como lo eran antiguamente. Y es que Elías tenía muy claro que quería conservar la tradición al máximo.

Después de ver esta sala pasamos a la cocina 🍳, la misma en la que comía el cura de Gundivós en invierno 🥶. Verás que no hay chimenea, el humo salía por las rendijas de la construcción. Y humo hubo, porque se ven las paredes de colorcito negro jeje. El espacio está aprovechado al máximo ocupando todos los recovecos, ya verás que curiosa la mesa jeje.

Aquí estaba todo pensado amigui, las ollas para cocinar se colgaban de una estructura de madera que permitía sacarlas del fuego con un solo dedito y sin quemarte 🔥.

Demostración artesana en directo

Y la sorpresa final llega cuando vuelves al patio y ves a Elías sentarse en su torno y trabajar el barro como si fuera plastilina 😊. Fíjate en el torno, que se las trae. Es de rueda baja, que casi está pegado al suelo y se mueve con la mano. Nosotros nunca habíamos visto uno así, y es una de las cosas que hace única a esta artesanía, que obliga al alfarero a doblar su espalda para trabajar las piezas. Como te decíamos, este torno se gira dándole con la mano, y no tiene nada que ver con el torno de pedal o el eléctrico, mucho más cómodos, pero con los que el control de la pieza es muy diferente.

El barro se extrae de la zona y Elías lo moldea a su antojo y con un arte que te va a dejar con la boquita bien abierta. Mientras trabaja reina un silencio absoluto en el grupo 🤫, nos tiene a todos completamente hipnotizados 😵‍💫.

Una vez terminada la pieza se deja secar, después pasa al horno de leña y por último se pasa directamente por el fuego que se hace con ramas de carqueixa 🔥, donde coge ese característico color negro por el ahumado.

Con la pieza caliente se le añade una mezcla de resinas de pino que se conocen como pez. Al entrar en contacto con la pieza caliente se forma una fina película que sirve para impermeabilizar el recipiente.

También hace que tenga ese brillo tan chulo, pero no es para que sean bonitas, tiene una función. Si metes agua en las piezas de cerámica no pasa nada, pero si pones otros alimentos, como por ejemplo el vino, se filtraría por los poros y podría estropearse. Quizá te preguntes, ¿y por qué no se sella también por fuera? 🤔 Pues para saber la respuesta vas a tener que ir a ver a Elías, que si te lo contamos todo no tiene gracia jeje.

Vinum et Tútum (vino y barro), mucho más que una alfarería

Pero amigui, este proyecto no se queda aquí. Y es que Elías se propuso hacer los vinos como los hacían los romanos, fermentándolos en recipientes de barro. No, no nos hemos vuelto loquis. Y él y sus socios, tampoco 🤭. La bodega también está en el edificio de la Rectoral de Gundivós y el nombre de cada uno de sus vinos tiene referencias a la alfarería ⚱️.

El proyecto nace en el año 2016 con otros tres socios y con el objetivo de hacer unos vinos dentro de la DO Ribeira Sacra que fueran diferentes y fusionar el vino de Amandi con la alfarería. La bodega cuenta con casi dos hectáreas de viñedo propio dentro de la subzona de Amandi 🍇, en la que recuperan variedades autóctonas como el albarello, merenzao, negreda o el blanco legítimo. También compran uvas a otros productores de la zona para llegar a las 10.000 botellas.

El viñedo, propio de la viticultura heroica de la Ribeira Sacra, no cuenta con ningún tipo de mecanización ⚙️. Todo se hace a pulso y solo se han permitido el uso de un elevador para carretar las uvas por sus empinadas laderas que caen al Sil. También evitan las sustancias químicas al máximo, porque el objetivo es hacer un vino como el que se bebía antaño.

Ímbrice

Su nombre hace referencia a una pieza romana. El ímbrice era la pieza con la que los romanos unían dos tégulas (tejas) para evitar que se filtrara el agua entre ellas 💧. Es un godello con otras uvas como treixadura, dona branca y blanca legítima.

Ámboa

Las ámboas eran los recipientes de barro en los que se fermentaba y transportaba el vino en la época romana y que se siguieron usando durante la Edad Media. Es un vino de pizarra que tiene más mineralización y que pasa por barrica unos 6 meses. Este ya lo hemos probado y tenemos que decirte que nos ha sorprendido un montón 😋.

Adobe

Es la marca principal de la bodega, con una gran proporción de mencía, aunque también se le mezclan otras variedades como el merenzao, brancellao y la garnacha. Su nombre hace referencia a la técnica de construcción con arcilla que todavía puedes ver durante tu visita a la Rectoral de Gundivós.

Ámboa Lútum

Este es el vino más mimado de la bodega y su proyecto estrella ⭐. Se fermenta directamente en las ámboas de barro, como hacían los romanos. Esos, sí, la fermentación está controlada de manera natural y nunca se superan los 20 grados. No te creas que las ámboas son chiquis, que tienen capacidad para 200 litros cada una de ellas 😮. Después pasa a barrica de roble 6 meses para que se estabilice y dure más.

Compra alguna de las piezas únicas de Gundivós

Una vez que has conocido su arte, te recomendamos que entres en la tienda y te lleves alguna de estas maravillosas piezas para casa 🛍️. No va a ser fácil que las encuentres en otros sitios, así que aprovecha la ocasión. Una de nuestras favoritas es el enfriador de vino, que mola un montón y es alucinante cómo conserva el fresquito. Elías te contará su secreto jeje 😊.

Otra pieza que nos sorprendió fueron las mieleras, no sabíamos que existían en cerámica. Además de ser chulísimas conservan todas las propiedades de la miel 🍯. También puedes comprar vino de su bodega. Nosotros nos llevamos unas cuantas botellitas, ya te contaremos cuál nos ha gustado más cuando lo prueben los que nos llevan en la mochila jeje 😜.

Horarios de visita a la Rectoral de Gundivós

Tienes varias opciones para visitar la Rectoral de Gundivós. Desde acercarte a la puerta y saludar a Elías 👋 (que te atenderá encantado si no lo pillas con una visita o haciendo alguna de sus maravillosas piezas), a una visita guiada, disfrutar verle trabajar el barro y hasta completarla con una cata de vino 🍷.

La sala de exposición y venta de piezas está abierta de 10:30 a 13:30 y de 16:00 a 20:00 todos los días de la semana excepto los lunes 🗓️, aunque si un festivo cae en lunes también está abierta.

Las visitas guiadas son a las 12:00 y 13:00 por las mañanas y a las 17:00, 18:00 y 19:00 por las tardes. A estas visitas te puedes unir llegando a la puerta directamente aunque si reservas, mejor.

Si quieres hacer una visita guiada especial para grupo tienes que llamar al 626 966 280. Hay visitas guiadas para grupos de hasta 50 personas.

Un proyecto revitalizador para la España Vaciada

Ya sabes que en nuestro blog tenemos una sección en la que queremos dar visibilidad a la España Vaciada y los proyectos como los de Elías nos encantan 🥰. Gracias a él se mantiene viva una tradición que de otra forma se habría perdido con el tiempo. Su esfuerzo y dedicación son dignos de poner en valor 🔝.

Y es que Gundivós forma parte de la España que poco a poco se va despoblando. Actualmente cuenta con tan solo 14 habitantes y el proyecto de Elías no solo ayuda a fijar población, si no a poner en el mapa esta aldea y a darle visibilidad a nivel turístico 😊. Si a esto le unes su esfuerzo y dedicación por mantener vivo este patrimonio cultural, no podía faltar en nuestro blog, ¿no crees? 😎

En alguna ocasión ya te hemos contado que estamos seguros de que el turismo puede ayudar a fijar población y dar vida a estas aldeas 🏘️. Con tu simple visita a la Rectoral de Gundivós, o comprando alguna de sus piezas, ya estás aportando tu granito de arena para que este proyecto siga adelante y darle vida a Gundivós. También puedes dar un paseo por la aldea y acercarte hasta su iglesia ⛪.

Así que contamos contigo y esperamos que, durante tu próximo viaje a la Ribeira Sacra, guardes un huequecito en tu agenda para conocer de primera mano este arte ancestral único que te va a dejar con la boquita bien abierta 😮.

Qué ver cerca de la Rectoral de Gundivós

Si estás pensando que para visitar la Rectoral de Gundivós tienes que ir a propósito y no hay nada más que puedas hacer en la zona, estás equivocado amigui 🤭. Ya te hemos dicho que estás en la Ribeira Sacra y aquí hay un montón de planes y cosas para ver. A poco más de 15 de minutos en coche tienes el Embarcadero de Os Chancís ⛵, en el que puedes coger un barquito y dar un paseo en catamarán por los Cañones del Sil 🏞️.

También a 15 minutos estás en Sober o en Monforte de Lemos. Te dejamos algunas ideas de actividades que puedes hacer por la zona:

• 👉 Tour en segway por los viñedos y miradores de la Ribeira Sacra 👀
• 👉 Descubre Ribeira Sacra en un tren turístico 🚂
• 👉 Tour por los Cañones del Sil, te recogen y te llevan a tu hotel 🏨
• 👉 Descubre el románico de la Ribeira Sacra desde Monforte de Lemos ⛪

Y si quieres más ideas, puedes echar un vistazo a este artículo en el que te contamos qué hacer en la Ribeira Sacra 📝. Estamos seguros de que en esta zona lo único que te va a faltar es tiempo para hacer todo lo que quieres. Te advertimos que te pasará como a nosotros y volverás una y otra vez, ya verás jeje 😜.